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Aumento de temperaturas: impacto en las enfermedades ganaderas

En las últimas semanas, estamos asistiendo a un aumento de temperaturas inusual y extraordinario para esta época del año que afecta a las enfermedades ganaderas. Este cambio en el clima no solo afecta al medio ambiente y a la agricultura, sino también a la ganadería, con consecuencias significativas en la salud de los animales.

En este artículo, exploraremos cómo dicho aumento de temperatura está influyendo en enfermedades ganaderas específicas más propias de primavera y verano, como la Enfermedad Hemorrágica Epizoótica y la Lengua Azul.

Enfermedades ganaderas: las más sensibles a la temperatura

Como ya comentamos en un artículo anterior, la enfermedad hemorrágica epizoótica, es una enfermedad vírica (no contagiosa por vía directa) que afecta a rumiantes tanto domésticos como silvestres. Es transmitida por insectos que, a través de sus picaduras, portan el virus de un animal infectado a otro.

La sintomatología de dicha enfermedad varía en función del animal afectado, pero en líneas generales, presenta fiebre, anorexia, disfagia, cojera, disminución de la leche, e incluso se ha relacionado con las recientes altas tasas de infertilidad que se observan en algunas especies sensibles al virus.

Aunque los síntomas suelen cursar durante aproximadamente dos semanas, muchos animales quedan mermados de manera irreversible.

Además de la Enfermedad Epizoótica, la Lengua Azul es otra enfermedad ganadera transmitida por picaduras de mosquitos que experimenta un notable incremento en su incidencia debido al aumento de las temperaturas, como de hecho puede comprobarse con la aparición de un nuevo foco en la Comunidad Valenciana la semana pasada.

Dicha Comunidad permanecía indemne durante 15 años. El virus responsable de esta enfermedad es muy sensible a las condiciones climáticas, y un clima más cálido, puede favorecer la proliferación de los mosquitos vectores, así como la expansión de su rango geográfico.

Esto significa que áreas previamente libres de la enfermedad pueden volverse endémicas, lo que representa un desafío adicional para los ganaderos y las autoridades sanitarias.

La Lengua Azul afecta principalmente a rumiantes como ovejas, cabras y vacas. En cuanto a la sintomatología de la enfermedad, su característica principal es la inflamación de los vasos sanguíneos, provocando lesiones en lengua y mucosas. Aunque no es contagiosa por contacto directo, si puede transmitirse vía placental a los fetos.

Medidas para el control de vectores

Ante este panorama y teniendo en cuenta las graves consecuencias para la salud de los animales y su efecto en la economía y producción, es crucial que recordemos la importancia de aplicar las medidas necesarias para el control de las enfermedades y las plagas de mosquitos.

Son medidas que en el entorno ganadero son imprescindibles en los meses estivales y que ahora, atendiendo al calor actual, debemos tener muy presentes.

Una estrategia clave es la implementación de programas de vigilancia y control de enfermedades, que permitan detectar brotes tempranos y prevenir su propagación. Además, por supuesto, las fundamentales prácticas de manejo ganadero que reduzcan la exposición de los animales a los vectores de enfermedades, como el uso de:

  • Repelentes: Parasital Loción Repelente. Es una solución en base a principios activos repelentes, que se aplica sobre los animales y que no precisa de periodo
    de retirada.
  • Insecticidas: Arpón G, Arpón Diazipol, Arpón Destroyer y Arpón Alfasect. Se trata de registros ganaderos con cipermetrina, deltametrina y alfacipermetrina para instalaciones y medios de transporte.  
  • Ectoparasiticidas: Arpón Cipermetrina. Es una formulación medicamentosa autorizada para aplicar sobre el ganado bovino. (Necesaria prescripción veterinaria).

Por último, es muy importante tomar medidas especiales para la eliminación de lugares de cría de culicoides como el agua estancada, lodo, estiércol u hojarasca muy húmedos. Las larvas de estos insectos pueden sobrevivir incluso en ausencia de agua, siempre que la humedad del sustrato sea muy elevada. 

Solo mediante una acción coordinada y proactiva podemos proteger la salud de los animales y garantizar la sostenibilidad de la industria ganadera.

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