La thaumetopoea pityocampa, más conocida como oruga procesionaria o procesionaria del pino, es un insecto de la familia de los lepidópteros que se encuentra principalmente en el sur de Europa y en el norte de África. Suele abundar en bosques de pinos y su proliferación puede llegar a suponer un riesgo para los humanos, pero especialmente para los animales que entren en contacto con ella, sobre todo los perros.
Los expertos recomiendan evitar el contacto con este tipo de oruga ya que puede producir urticarias en la piel y en las vías respiratorias. Desde Zotal Laboratorios definimos en este post cuáles son las características de este insecto y cómo afecta a los perros.
¿Qué es la oruga procesionaria y dónde se encuentra?
La oruga procesionaria es un insecto que suele aparecer con la llegada de las temperaturas cálidas en pinares y zonas boscosas. Con el final del invierno y la subida de temperaturas, la procesionaria desciende de los pinos para buscar el sitio adecuado donde enterrarse y transformarse de larva a insecto. Es en ese momento cuando se produce el efecto que le aporta su nombre más conocido: la procesión de una tras otra formando las filas.
Características de la procesionaria del pino
La característica principal de este tipo de insectos es que los cuerpos de las orugas están cubiertos de pelos urticantes que se desprenden y flotan en el aire, lo que provoca irritación cutánea y afectación en oídos, nariz y garganta. La sustancia que causa esa capacidad urticante de la procesionaria es una toxina termolábil denominada thaumatopina.
Esta oruga, al pertenecer a la familia de los lepidópteros, cuenta con varias fases metamórficas que incluye la etapa de huevo, la etapa de larva u oruga, la de pupa y, por último, la de mariposa. Este tipo de desarrollo en dicha familia de insectos se conoce como holometabólico.
Durante los meses de verano, especialmente el mes de julio, la procesionaria del pino adquiere su forma adulta de mariposa y se aparea. Durante esta fase, el insecto cuenta con un color pardo que le permite mimetizarse en el medio donde habita. Una vez que se produce el apareamiento, la procesionaria pone los huevos en forma de espiral en las acículas de los pinos y a los 30 o 40 días de esto entra en su fase larvaria o de oruga, que puede llegar a durar hasta 8 meses.
Cuando transcurren esos meses y la fase de oruga llega a su fin, es el momento en el que la procesionaria comienza el descenso de los árboles agrupándose en hileras. Comandadas por una oruga que más tarde será una mariposa hembra, la fila de procesionarias puede llegar a medir cientos de metros en busca del suelo idóneo para enterrarse y comenzar la fase de crisálida o pupa. Esta fase dura aproximadamente 2 meses, para luego dar lugar a la mariposa adulta, que tan solo llega a vivir uno o dos días.
¿Por qué la oruga procesionaria es perjudicial para nuestras mascotas?
Durante la fase de descenso de los pinos hacia el suelo es cuando las orugas procesionarias suponen un verdadero riesgo para nuestras mascotas, especialmente los perros. Estos son quienes más acuden a ellas atraídos por su forma y sus colores.
El principal riesgo para los perros se encuentra en que las orugas cuentan con pelos urticantes que, debido a la liberación de histamina pueden llegar a producir daños irreversibles para las mascotas. El contacto con el perro puede producirse durante la hilera de orugas o a través de los nidos caídos al suelo.
¿Qué lesiones puede causar la procesionaria en los perros?
Las localizaciones, el pronóstico y las lesiones que la procesionaria puede causarle a un perro están estrictamente relacionadas con la parte del cuerpo afectada, con la duración del contacto y con la precocidad con la que se aplique el tratamiento al animal.
La localización más frecuente en la que podemos verle urticarias al can es en la zona oral y puede provocar estomatitis, glositis (zona de la lengua) o queilitis (labios). En una fase más avanzada de la urticaria de la oruga procesionaria el perro puede llegar a desarrollar una estomatitis necrótica precedida por dos fases: la erosiva y la ulcerativa.
La fase erosiva de la lesión deja íntegra la membrana basal del epitelio, mientras que en la fase ulcerativa el perro puede llegar a sufrir una úlcera profunda en la submucosa, impidiendo la restitución estomacal íntegra. Aunque es menos probable el perro también puede padecer urticaria en la zona ocular ocasionando blefaritis en los párpados o úlceras severas en las córneas. Otra posibilidad de contacto con la procesionaria es la respiración durante el olfateo del perro, que puede llegar a causar una rinitis aguda.
Sintomatología y diagnóstico de la afección por oruga procesionaria en los perros
La sintomatología clásica en los animales es la de contacto oral por lo que cuando un perro u otro animal se ve afectado, demuestra nerviosismo, actos rápidos de deglución o hipersalivación. Pocos minutos después del contacto puede desarrollar glositis, estomatitis e incluso incapacidad para cerrar la boca. Si la oruga ha sido ingerida por el animal puede llegar a causarle vómitos o incluso un angioedema similar a una anafilaxia.
Al cabo de una hora el can puede llegar a mostrar síntomas graves como cianosis en la lengua, imposibilidad de vaciado por parte de los conductos salivares, disnea, edema laríngeo, hipertermia o incluso convulsiones y coagulación intravascular.
La importancia del diagnóstico temprano y el tratamiento
Es fundamental para el bienestar del animal que se produzca un diagnóstico lo más temprano posible, algo que hará que se limiten las secuelas. Para ello es imprescindible saber identificar los síntomas y actuar lo antes posible acudiendo a un profesional veterinario que pueda aplicarle los tratamientos necesarios.
En general, dicho tratamiento se basará en el uso de corticoides de acción rápida, intravenosos o intramusculares, y en los días posteriores, antihistamínicos. Las dosis correspondientes irán en función del tamaño y la gravedad del angioedema o urticaria.
Si buscas que tu mascota esté más protegida ante una posible infección por contacto de oruga procesionaria, desde Zotal Laboratorios te recomendados que tomes la mejor medida posible ante ello: la prevención. Al evitar zonas y condiciones de exposición, tu mascota estará más segura ante las posibles lesiones que puede llegar a causar la procesionaria. Si tienes alguna duda o sugerencia, puedes dejarla en los comentarios o seguirnos en las redes sociales de Facebook, Twitter, Instagram y LinkedIn.